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Los 12 Axiomas de las Relaciones

Sobre la construcción de la Profundidad Relacional en el amor, en la familia, en el trabajo y con los amigos

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¿Cuáles son los vínculos que gestionas al momento de estar leyendo este artículo? Es decir, ¿Qué te une a las personas que son parte del capítulo que estás viviendo en la historia de tu vida? ¿De qué forma te relacionas con ellos? ¿Cuáles son tus estrategias a la hora de construir la relación?

En este artículo que ya te cuento que será por demás extenso debido a la profundidad con la que voy a estar trabajando el tema de las relaciones, la propuesta es compartirte los 12 axiomas de las relaciones desde una perspectiva Cabalística. Mi objetivo es que estés pudiendo aplicar estos axiomas a todas tus relaciones independientemente  del contexto en el que acontezcan. ¿Comenzamos?

Para los seres humanos, el gestionar proactivamente nuestras relaciones y vínculos es un trabajo. ¿A qué me refiero? A que no necesariamente implica hacer sino que muchas veces también está en el orden de la comprensión, de la aceptación y en nuestra capacidad de resignificar apreciativamente los hechos. A veces el trabajo es solamente un estado mental, una consciencia que nos faculta a sentir, pensar y mirar con buenos ojos a los demás. ¿A qué me refiero con que podamos estar construyendo buena consciencia? Pues a que puedas estar desarrollando tus relaciones independientemente de cuando hayan comenzando o cuando pudieran estar terminando y  con un sentido espiritual.

Las relaciones espirituales van siempre en franco ascenso, al margen de las vaivenes de la vida, de los retrocesos y nuevos avances que estén aconteciendo. Al final del día, una relación espiritual implica un gran esfuerzo por construir juntos la gran historia de la vida desde la concatenación y  la combinación de las historias individuales de cada uno y es así como se conforman los sistemas.

Hecha esta introducción, vamos con los Axiomas:

  • La relación es el proceso y no el propósito 

¿Qué significa esto?

Significa que debe implicar un proceso continuo de inversión. Las personas en vínculo tienen que estar comprometidas a trabajar permanentemente en el proceso orientado a desarrollar y nutrir la relación. Por ejemplo, el amor es el resultado de una unión, no es algo que nos viene dado y que viene de la nada. Para desarrollar una relación de amor es esencial estar proactivamente trabajando sobre él. Las verdaderas relaciones de amor entre dos personas implican que cuanto más cercanas sean las personas más intenso será el trabajo y mayor el amor resultante de este proceso. Desde que una relación comienza, vamos transitando un camino que por momentos es más llano, otras veces va en subidas y bajadas, otras tantas con precipicios, etc, etc., más si logramos poner empeño en el trabajo para construir y crecer juntos, entonces el amor revelado es cada vez mayor.

Muchas relaciones tienen momentos en que las personas contraen matrimonio, comienzan una sociedad, o algún tipo de formalización del vínculo. ¿Cuanto va a durar? Pues, eso nadie lo sabe. Esa decisión es sencillamente el principio del proceso de elevación. ¿Qué se requiere? Pues de una decisión de trabajar sobre la relación como un sistema. Se trata de un proceso constante de trabajo donde habrán buenos y malos días que no deberían afectar el nivel de unión entre dos o más personas.

Este primer axioma implica el entender que estamos comprometidos en un proceso de trabajo de construcción de una relación.

Una vez que tomamos la relación como un hecho y nos sentamos y nos relajamos, estamos abriendo el campo a que comience el deterioro, el desgaste de la misma.

  • La habilidad pare elevarnos más allá de la atracción física y de la imagen 

Los seres humanos somos mamíferos con inteligencia; sin embargo, a la hora de hablar de relaciones, somos animales que reaccionamos a la imagen, los olores, el tacto, etc. Es decir, accesamos a una paleta de recursos más primitivos y no por ello menos importantes toda vez que constituyen una parte sustancial de nuestro aparato perceptual y representacional. Sin embargo, hay que ser precavidos. ¿Por qué?

Pues es como la experiencia de un turista. Una cosa es ir a México por primera vez y vivir al ciento por ciento todo lo nuevo que ese espacio tiene para ofrecernos en un período vacacional y otra cosa muy distinta es ir a establecerme allí y comenzar a conectar con el día a día, léase, tránsito, clima, las personas, las inclemencias de la política y la economía del país, etc. Después de un tiempo comienzas a ver cosas diferentes. Entonces, lo que alguna vez te atrajo como turista, ahora lo vez desde otra dimensión.

En las relaciones es lo mismo. Puedes tener un cierto sistema de creencias sobre una relación que inicias pero todos sabemos que luego la realidad no necesariamente responde a nuestras expectativas. Solemos pensar en términos de: “Esta persona y nuestra relación tienen tanto potencial” o “Es tan perfect@ que desearía que fuera así por siempre”. La invitación es a superar la etapa de escaneo de las personas para poder estar pregutandonos sobre esa persona:

¿Por qué experiencias habrá tenido que transitar esta persona para ser tal y como es hoy día?

¿Cómo sería entonces poder estar aprendiendo desde los errores que estas personas cometieron?

Generalmente, sólo vemos el uno por ciento que podemos estar recibiendo de esa relación en el mundo material y nos cuesta enfocarnos en una profundidad relacional que provenga de una estrategia vincular de corte más bien espiritual.

Cuando tenemos una óptica sesgada a la satisfacción de nuestro ego, de nuestras necesidades de recibir para nosotros mismos, entonces sucede que una vez que la relación nos haya satisfecho lo que necesitábamos, ésta tiende a desbaratarse.

La pregunta final a hacernos con este axioma es: ¿Con esta relación me doy cuenta que puedo alcanzar mi próximo nivel de desarrollo personal? ¿Estoy gestando a una mejor versión de mi mismo? No se trata de cuan dulce, gentil y cortez sea esa persona, dado que no necesariamente esas cualidades sean las que necesitemos en nuestra vida.

Muchas relaciones nos llevan a nuestra zona de confort y no necesariamente nos llevan a nuestro próximo nivel. 

 

No queremos vincularnos con potenciales y la mayoría de las veces lo que vemos es que lo obtenemos. 

  • Todo es posible 

Antes de comenzar una relación generalmente utilizamos intensamente nuestra imaginación. ¿Cómo será esta persona? ¿Como será el hijo que tendremos juntos? ¿Cómo irán los negocios que crearemos juntos? ¿Cuanto lograremos ganar?

Sin embargo, aquí se trata de algo que dije más arriba y es el nivel de consciencia con el que gestionamos nuestras relaciones. La consciencia es trabajo y compromiso mientras que la imaginación no tienen ningún valor porque aquello que imaginas está sólo en el nivel de lo potencial. La consciencia es cuando ya estamos haciendo algo para crear una realidad nueva. En términos de vínculos amorosos, esta es la gran diferencia entre “estar enamorados” o “amar”. Se trata de estar abiertos a lo que pueda venirnos como destino. Nuestra lógica no es necesariamente la intuición correcta, siempre tenemos que dejar abierta la posibilidad a que nuestras relaciones de todo tipo no siempre van a ser del tipo “almas gemelas” y esto también está bien. Confortable o incómodo no pueden ser la vara que defina si nos relacionamos con una persona o no dado que muchas veces el mayor aprendizaje está con aquellas personas con quienes más nos cuesta. ¿Te hace sentido? ¿te están viniendo ejemplos a tu mente?

  • La relación siempre debe ser secundaria a mi IKIGAI, mi propósito en la vida. 

Una persona que trabaja en sus relaciones debe preguntarse permanentemente: ¿Es que esta persona encaja en mi proceso de vida?

Nunca podemos mantener relaciones donde sacrifiquemos nuestros valores, aquello que le da sentido a nuestra vida y que incluso nos invita a levantarnos cada mañana. Nuestra relación con alguien tiene que encajar con nuestra relación hacia nosotros mismos, con nuestra relación con nuestra alma y con nuestro propósito de vida.

La verdadera relación se construye con un verdadero deseo de transformar nuestra naturaleza y esto incluye a todo tipo de relaciones incluyendo a las laborales y empresariales.

  • Balance 

El balance se refiere a que a través de nuestras relaciones podemos llevar equilibrio a otras áreas de nuestra vida. Por ejemplo, si nos proponemos en trabajar y comprometernos a desarrollar nuestras relaciones en el trabajo, seguramente esto impactará en nuestra capacidad para hacer amigos  para mejorar nuestra relación con la familia, para obtener claridad sobre nuestro rol en la vida, etc. Las relaciones deben incrementar el valor y la calidad  en todas las áreas de nuestra rueda de existencia.

  • Eliminación de los elementos del Tiempo y del Espacio 

Aquí me refiero a reemplazar cantidad por calidad. No hay necesidad de estar 24/7 con una persona para crear una relación y estar conectados. El tiempo y el espacio no deben afectar la calidad de la conexión en la relación porque la unidad es el resultado del trabajo personal de cada una de las partes de la relación. Cuando usamos el tiempo y el espacio como el pegamento para crear unidad, normalmente no pega.

  • Abandonar toda expectativa 

Una de las cosas que más suelen fastidiarnos en las relaciones es: ¿Por qué esta persona no da tanto como doy yo? Es decir, el desequilibrio sistémico entre el dar y el recibir. Suele suceder que cuando les hacemos esta pregunta a las personas con las cuales nos relaciones, suelen respondernos con la misma pregunta hacia nosotros. ¿Sabes cual es la razón para ello?

Pues, te comparto una. Generalmente, nos relacionamos en la vida con aquellas personas con las cuales compartimos dificultades, oportunidades de aprendizaje que nos vienen como destino; es decir, solemos tener a examen los mismos desafíos y procesos de aprendizaje. Claro, que en estos casos y con estas personas se torna extremadamente difícil practicar la aceptación incondicional, el creer en la tendencia actualizante del otro, la congruencia entre lo que pienso, siento, digo y hago, el amor incondicional, etc. Para colmo, aquí nos vamos a encontrar con que son personas con las cuales tendremos que confrontar. Entonces,

¿Cuál es el problema con las expectativas? 

El problema con esperar es que nuestra felicidad pasa a depender de otro. Le damos el control a otra persona y nos transformamos en el efecto de algo externo que conduce y gobierna nuestra vida. 

Recién cuando podamos saltar las expectativas sobre el otro entonces la dinámica de las relaciones podrá evolucionar hacia algo más generativo y asociado con nuestro propósito.

Las expectativas erosionan nuestra habilidad para hacernos cargo de nuestra propia vida.

  • Dejar el “Me lo merezco”. 

Básicamente toda fuente de tristeza y de enojo en nuestra vida viene de “Me lo Merezco”. Es la raíz de todo lo negativo en las relaciones, “Me merezco una pareja”, “Me merezco este trabajo”, “Me merezco esto y aquello”. Cuando hablamos en términos de merecernos algo significa que no hay proceso creativo y no que no hay esfuerzos. Por ejemplo, piensa en situaciones del estilo: “Siquiera me preguntó cómo estoy” “Ni me dijo hola”. Y ¿quien dice que me tienen que decir hola o preguntar por cómo estoy? Esto va más allá de las normas básicas de convivencia, me refiero a quien dice que tiene que ser así para que nos sintamos bien con nosotros mismos.

El concepto de merecernos las cosas está atado a la voluntad y la expectativa de recibir sólo para nosotros mismos.

“¿Este profesor, este gerente, este o esta… es lo que me merezco?”

La naturaleza más pura de conectar con el merecerme las cosas es sinónimo de “aliméntenme”, “nútranme”.

Cuando hablamos de relaciones, puede suceder que las otras persona con las cuales nos vinculamos estén complicadas con sus propias cosas y siquiera nos vean cuando nos cruzan y ¿por qué ello habría de molestarnos? Sé que lo que planteo es difícil de digerir, incluso para mí que estoy transitando este proceso de toma de conciencia y de aprendizaje a nivel personal. Sin embargo, vale la pena darle algo de crédito. ¿Qué les parece?

Se trata de comenzar a hacernos cargo de nuestras propias necesidades, de nuestra propia sombra, de aquello que necesitamos para estar conectando con nuestro IKIGAI. Es cuestión de preguntarnos: ¿Hay algo más que pueda hacer en este caso? En  lugar de buscar que nos nutran, que  alimenten a nuestro ego, a nuestros aspectos más reactivos.

  • Verme como la causa 

Aquí se trata de poder y querer estar tomando responsabilidad por lo que no sucedió como queríamos. Implica también perdonar verdaderamente para ser liberados. No se trata de dejar ir sino de realmente perdonar. Se trata de estar disponibles para cambiar y asumir la responsabilidad. Si alguien hace algo que te duele, toma la oportunidad de encontrarte con el mensaje que esta situación tiene para ti. La vida te está dando información que no deberías perderte por elegir conectar con el enojo. Atrás de cada situación siempre hay un mensaje para los protagonistas codificado de tal forma de que quienes conectamos con la energía de la víctima no podamos escucharlo.

¿Cómo podrías llevarlo a la práctica ahora mismo?

Pues, toma papel y lápiz y piensa en alguna persona que tengas más o menos accesible y con quien tengas algunas dificultades de relación. Ve con ella, pídele un rato de su tiempo, tu con el papel y lápiz y pídele que te diga uno a uno los puntos que tiene contigo y que considera que restan   y dificultan la conexión. Debes estar preparado para tolerarlo y poder leer el menaje que la vida te trae a partír de esta experiencia. Tampoco esperes un darte cuenta inmediato, la claridad vendrá.

Cuando algo anda mal, nuestra intención es comenzar a construir un bibliorato de todo lo que está mal con esa persona, pero rara vez le preguntamos lo que está mal con nosotros. Se trata de poder vernos como la causa y ante una oportunidad única de aprendizaje y desarrollo personal.

¿Cuál es mi premisa con este artículo?

Las relaciones existen en la vida para ayudarnos a evolucionar a partir del cambio sentido, responsable y proactivo. 

Si nos vamos a vivir a una Isla Desierta o a la Montaña no vamos a cambiar. Nunca vamos a darnos cuenta de lo que está mal con nosotros. Necesitamos el servicio de los demás a nuestra alrededor para que aprieten el botón por nosotros y nos ayuden a conectar con cuáles son nuestros desafíos. Allí está la llave para nuestros candados en la vida.

 

  • La conexión entre dos personas no debe estar basada en la idea del completitud

Se trata de evitar construir relaciones de codependencia. La conexión no puede depender de la complementariedad. Queremos estar en un lugar donde no esperamos por alguien que nos nutra, que nos de lo que nos falta, sino que estemos sedientos por conectar con aquellas personas que nos ayuden a ayudarnos a nosotros mismos en lugar de hacer el trabajo por nosotros. ¿Cómo lo ves?

Tenemos que aprender a comunicar nuestros talentos e generar un impacto en los otros de tal forma de puedan progresar por ellos mismos.

  • Para progresar siempre necesitamos un plan 

Para progresar debemos tener un plan de acción, un programa de vida que conecte con nuestro propósito de tal forma de que este nos lleve a  comenzar el viaje. Siempre van a haber conflictos en algún momento y éstos serán  regalos que nos da la vida para revisarnos y construir mejores versiones de nosotros mismos. ¿Cómo superar las crisis? Pues sólo si tenemos el plan. Nos preguntamos nuevamente: ¿De qué manera esta relación existe para ayudarme en la vida a dirigirme hacia mi destino? ¿Qué puedo aprender de lo que veo hoy en día en la relación y cómo puedo atravesar el desafío?

Tener un plan es entender claramente sobre cual es mi desafío para lograr mi propósito de vida.

  • La satisfacción física siempre debe ser un resultado y no el propósito. 

Aquí hablando específicamente de parejas, la satisfacción física debe venir de la consciencia. Se pueden tener relaciones 24/7 y sentirnos vacíos. Se trata  de desarrollar conciencia y presencia sino siempre sentiremos que algo está faltando. La conexión física no debe servir como la causa de la relación sino un efecto.

Como tarea para quienes resuenen con las propuestas del artículo les propongo que elijan entre los tres principios que más los hayan inspirado y los apliquen a aquellas relaciones que gusten y puedan llevarlos al próximo nivel. Cada cambio que hagan en la vida cuenta para ir deviniendo en una mejor versión de uno mismo. ¡Éxitos!

 

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