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Las Trampas del Camino del Heroe

La travesía de nuestro signo Sol y Lunar

A poquísimos días de comenzar con el segundo módulo de nuestra formación en Coaching Astrológico, el Arte de Hacer Preguntas Poderosas en una Sesión. 

Módulo: LUNAS Astrológicas. 

Les comparto este artículo donde el foco está en compartir distinciones sobre los dos astros más importantes del cielo y que más influencia tienen en nuestras vidas. ¿Se dan cuenta de cuáles son?

Con solo mirar el tamaño que ambos tienen sobre nuestro cielo es fácil de darse cuenta. Son el Sol y la Luna. Su energía es gigantesca, es primordial y tiene que ver muchísimo en nuestra personalidad y en lo que nuestra alma viene a alcanzar en su camino por la vida.

Primero, vamos a partir del Sol, que arquetipícamente es el astro padre, el gran luminar de la carta astral. Como comentamos en nuestro módulo I, todo el mundo o la mayoría de las personas saben cuál es el signo en donde cae su sol natal. Ese signo es el signo con el cual la persona se conoce o se define. Es decir, soy Leo, Tauro, Escorpio, Piscis. ¿Qué es lo que representa el sol en tu vida?

El Sol es mi sentido de identidad e individualidad. Mi necesidad de expresarme y mostrar quién soy. Es lo que dice mi corazón que soy. Es una meta a la que tengo que llegar. 

 

Es la energía de vida que está dentro nuestro. Es nuestra llama, es el fuego. El Sol está asociado al elemento fuego que es vida, energía, pasión e individualidad. En este mundo yo estoy vivo y tengo un cuerpo y este cuerpo y este ser que habita este cuerpo tiene ganas de expresarse, de mostrarse, de vivir.

¿Qué es lo que tienes ganas de mostrar al día de hoy en tu vida? ¿De qué forma vives tu pasión, tu propia energía de individualidad? ¿Qué muestras de ti a los demás? ¿Qué es vivir para ti?

La carta astral es un mapa que nos muestra el camino hacia el Sol. Es una ruta que nos lleva hacia descubrir nuestra verdadera identidad. A descubrir el yo espontáneo que habita dentro de nosotros. 

Para que el yo espontáneo pueda surgir, tiene que estar libre de condicionamientos, tiene que estar libre de miedos. Tiene que estar libre de inseguridades.

¿Qué te condiciona en tu vida hoy en día? ¿A qué cosas, situaciones, personas, etc., le tienes miedo? ¿En qué sientes inseguridad?

Ese punto solar, ese yo que venimos a descubrir es donde nos encontramos con la trampa de la carta astral, con la trampa del proceso evolutivo de los seres humanos y de nuestro camino del héroe. No es que tengamos que alcanzar el Sol. Sería como imaginarnos un concepto de futuro, del sol que voy a llegar a ser en el futuro. La carta astral lo que presenta es lo que impide que en el aquí y en el ahora puedas ser ese ser espontáneo. 

¿Qué impide que seas un ser espontáneo? Tanto mejor si vas contestando a cada pregunta desafío de tal forma de que al final del artículo tengas una enriquecida bitácora de vida.

Se trata de vivir como ese niño que quiere jugar, reírse, pasarlo bien pero como adulto en este caso. La carta Astral como mapa de un proceso evolutivo y el sol como punto meta, es como poder ser yo en el aquí y ahora.

El Sol es la esencia que habita dentro de nosotros y que quiere expresarse y manifestarse en el aquí y el ahora. 

La meta no está en el futuro sino que está en el presente. AQUI y AHORA yo SOY, yo  estoy y entendiendo también que el Sol no es un punto meta fijo dónde quedaremos atrapados en un personaje. La esencia de este yo solar que está vivo, que es dinámico, es que va cambiando con el tiempo. El yo va a ir cambiando y evolucionado porque el que se quiere expresar ahora va a ser un ser muy diferente al que se va a querer expresar en un año más, en dos años más, en cinco años más. Mi propio yo interno va a ir cambiando y queriendo vivir diferente experiencias. Este yo meta esta forma de alcanzar esta libertad y espontaneidad.

El hecho de que estemos haciendo el ejercicio de tomar al Sol como un punto meta no significa que las personas no tengan Sol. Si alguien no expresa nada nada de Sol estaría muerto porque el Sol es la energía que irradiamos. La gran diferencia con el punto meta va a tener que ver con la calidad y desde dónde surge la energía que alimenta ese Sol. La calidad de la Luz será más o menos alta dependiendo de la energía que alimente tu foco solar.

¿Con qué energía alimentas tu foco solar?

¿Alimentas con patrones de miedo, de inseguridad, de querer moldearte a ciertas estructuras o formas de ser?

¿Alimentas con patrones de confianza fundamental, de valor, de autoestima por ti y estima por los demás, de sentido de la vida, de resiliencia?

¿En qué consiste tu combustible emocional?

Ahora imaginémonos niños de 3 o 4 años o lo menos que nos acordemos. Conecta con algún episodio, época, momento representativo para ti y que te sirva como anclaje. Mira y Observa con los ojos que miran hacia el interior: ¿Cómo era el entorno? ¿Con quienes estabas? ¿Cómo vestían? ¿Cómo vestías tu? ¿Qué olores recuerdas? ¿Qué decía la gente? ¿Cómo eran sus voces? ¿Qué temperatura sentías? ¿Era verano, otoño, primavera, invierno? ¿Era de día o era de noche? y así sigue agregando todos los detalles que recuerdes o que te hagan sentido en este momento para recrear tu momento siempre observador, escuchando y sintiendo hacia dentro tuyo.

¿Cómo era tu expresión esencial? ¿Cómo eras de espontáneo? ¿Qué creabas? ¿Qué pintabas? ¿Cómo te mostrabas? ¿Cómo te expresabas? ¿Qué querías decir sobre cómo eras en ese momento?

Esto que surja luego de tu trabajo de introspección es la esencia del yo que los adultos tenemos que recuperar. Generalmente, este yo esencial se pierde en algún momento de la infancia. ¿Por qué se pierde? Pues porque va a tener que ver mucho con la relación que hayas tenido con tus padres. Si cuando niño sentías que a tus padres no les gustaba lo que se mostraba, fuiste aprendiendo, saturnizándote, cambiando la forma de expresarte para adecuarte a las expectativas de los demás. ¿Por qué? Pues porque a esta edad lo más importante es que siendo niño nos sintamos nutridos, protegidos, seguros y para eso hay que hacer cómo les gusta a nuestro guardianes. Cuando niño ¿te pasó que fuiste reduciendo tu expresión individual y moldéandote a la expresión que tu familia esperaba de ti? ¿En qué consistió este amoldarte? ¿Quien eras antes de comenzar el proceso de adecuación?

Como decíamos, se trata de un proceso de saturnización, de adoptar una estructura que nos limita en nuestra expresión natural para amoldarnos a lo que el medio ambiente espera que surja. El niño espontáneo empieza a reducir y cuando niños quizás sintamos que papá y mamá no nos veían y que querían ver a otro en quien proyectamos sus propios anhelos, sus propias expectativas, sus propias visiones. Al expresarnos y no ser visto hemos cambiado nuestra forma de ser para poder ser vistos.

Porque

Si no soy visto, no existo

Entonces en la infancia, y especialmente en situaciones asociadas a nuestro padre, lo que ocurrió es que aprendimos que no podíamos ser todo el tiempo quienes somos espontáneamente. Incluso, en ciertos casos hemos llegado a dudar de quien somos realmente. ¿Quién eres realmente?

¿Por qué sucede esto?

Pues no hay un feedback, no hay un rebote energético del ambiente al expresarnos. Por lo tanto esa luz que está en  nosotros, esa luz solar alimentada de energía esencial del alma que está en el fondo de nuestro corazón, empieza a llenarse de duda y su calidad se altera. El foco se alimenta de estructuras nuevas para poder ser querido y aceptado. Cuando adultos mostramos algo al mundo, tenemos un sol pero este sol no es el sol esencial. Es un sol basado en mecanismos del ego.

¿Qué es el ego?

Las manifestaciones del ego vendrían siendo la estructura de personalidad que hemos construido desde la infancia y la adolescencia para poder protegernos de los dolores que vivimos cuando éramos pequeños. De las sensaciones de abandono, de miedo, de inseguridades, etc. Cuando niños para protegernos de todo lo que estábamos viviendo hemos construido barreras defensivas. Barreras que aún hoy nos sostienen y que evitan que caigamos en las angustias del vacío de sentirnos solos, separados, no queridos.

El ego con esta estructura lo que va haciendo es limitar la expresión del sol. Para que surja el sol, el miedo no tiene que ser el dominante porque es un punto débil, veneno de la espontaneidad. Es una capa paranoica que nos protege de miedos. Esto sucede porque hubieron sucesos reales en la infancia que nos dolieron y de lo que tuvimos que protegernos al ser muy pequeños y no tener mecanismos. En el adulto que somos estos mecanismos defensivos limitan que podamos ser quienes somos realmente.

Llegamos a diferentes tipos de expresión del Sol. De tener una capa defensiva muy grande, con muchas estructuras y patrones somos adultos con energía solar de muy baja calidad. Se trata de personas que no nos movemos desde lo que sentimos, desde lo que queremos, desde lo que vibramos, sino que vivimos basándonos en estructuras, en mecanismos defensivos, en debo, esto no puedo, no soy yo. Esto no me gusta, esto no es lo que yo quiero, tengo que trabajar, tengo que generar. Vivimos en base a condicionamientos y limitaciones. El mundo está dominado por personas así. Son personas que si les preguntas quienes son y que quieren para su vida no lo saben porque están tan desconectados de este yo esencial que están vivos pero su sol está desconectado de sus esencias fundamentales. ¿Quién eres? ¿Qué quieres? ¿Hacia dónde te diriges?

Hay otros más conectados con su yo esencial pero que tienen una capa de ego y condicionamiento. En este nivel el yo esencial está enfocado principalmente en ser visto y ser reconocido. ¿Te encuentras aquí? ¿En qué quieres ser visto? ¿Qué quieres que reconozcan de ti? ¿Qué te gustaría escuchar? ¿De quién?

El yo solar, meta evolutivo, no busca ni ser visto ni ser reconocido. Eso es un condicionamiento para manifestar su verdadera expresión. Limita la expresión espontánea. Esto nos pasa a todos y limita nuestra expresión individual. El niño que fuimos sigue esperando ser reconocido por alguien y  validado. Seguimos teniendo un sol infantil que no es adulto, no es maduro, no sabe darse a sí mismo lo que espera que los demás le den.

¿Cómo pasamos al siguiente nivel?

Tenemos que poder reconocernos a nosotros mismos. Es decir, tenemos que ser capaces de conectarnos con nuestro interior y sentir esta verdadera energía que surge de nuestro corazón, esta verdadera espontaneidad que quiere salir al mundo y expresarse y mostrarse.

Hay muchas formas diferentes de mostrarnos. ¿Como manifestarías tu sol si estuvieras libre de todo tipo de condicionamientos? ¿Si no tuvieras que adaptarse o formatearte para un entorno con expectativas sobre tu persona?

Esta esencia solar para poder mostrarse requiere que veamos en nosotros mismos a esa parte infantil, niña, creativa, que quiere tomar el control de la vida. Es esa parte que se siente especial, porque no tiene nada malo en sentirse especial porque todos somos especiales de una u otra forma. El problema está en que si yo quiero sentirme especial y me muero porque todo el mundo vea lo especial que soy. Ahí está la trampa del camino del héroe y el sol se vuelve un tema de orgullo, un tema de ser visto.

Existe una analogía entre el camino hacia el sol para descubrir nuestra propia individualidad con lo que se conoce como el viaje del héroe. Este viaje mitológico implica soltar nuestras ganas de quedarnos en la zona de confort.

Para llegar al Sol debemos salir de nuestra comodidad y seguridad. 

Este vendría siendo la luna desde cierta forma de mirarlo y es el motivo principal de nuestro segundo módulo. Coaching Astrológico, el Arte de Hacer Preguntas Poderosas en una Sesión. 

Para avanzar hacia adelante en la vida, tenemos que enfrentarnos con el enemigo que es el ego para que el héroe que somos descubra su destino. El gran enemigo que forma parte del ego son los miedos que habitan dentro de nosotros. Nuestros miedos, nuestras inseguridades, nuestros demonios que son los que nos paralizan. Estos miedos en el viaje del héroe pueden provocar crisis y que  nos pongamos muy inseguros sobre nuestras capacidades, no atreviéndonos a actuar y a describir la esencia radiante que está dentro nuestro. O estos mismos miedos hace que nuestro héroe se vuelva muy orgulloso, altanero, que quiera ser visto, sentirse especial. Al mostrarnos con el pecho inflado estamos también desde nuestros miedos, que son los que no queremos que los demás vean. Nos mostramos entonces super poderosos, super radiantes.

Estas son las dos trampas que podemos encontrar en nuestro viaje del héroe. El llamado de ser especial lo tenemos todos. Todos tenemos u propósito fundamental y esencial por el cual decimos encarnar en esta vida.

Estamos todos bombardeados con miedos, con estructuras, con sueños de status, de dinero, todo con lo cual no tiene que ver nuestro yo esencial. La vida nos fuerza a hacer estos procesos, así que es inevitable que tarde o temprano tengamos que hacer frente a nuestros desafíos. La vida está a favor de que nos conozcamos y nos descubramos incluyendo a demonios internos y todo. La vida empieza a ayudarnos y acompañarnos para descubrir nuestro propio camino. Está a favor de nuestra evolución. La evolución no es algo tranquilo y fácil sino que es cambios, inconstancia, es ir para arriba y para abajo, es la rueda de la fortuna. Aquí es donde el héroe que somos empieza a descubrir sus propios recursos y sus propias capacidades.

Ahora bie,  no todos los soles son iguales. Dependerá del signo al que está asociado, de sus aspectos, y de muchas otras variables que venimos trabajando en nuestros cursos online.

Por el momento los dejo con una pregunta que viene atravesando todo este artículo.

¿Quién eres? ¿Quién sos? Compete los espacios en blanco y sea generoso, no escatime en palabras.

Nos estamos leyendo…

 

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